Yo aduciré ejemplos. Cuando comprendió su estado, cuando interpretó su afán, se horrorizó de una inclinación tan culpable y se propuso esconderla, como se esconde la mancha y la vergüenza, y no dejar asomar por ningún resquicio ni reflejos de la hoguera que le consumía la médula de los huesos. Habiéndola colocado respetuosamente, atada con lazo de seda, en un cojín de tisú de plata, se pasaba ante ella las horas muertas, ya besándola en ideal éxtasis de devoción, como a venerada reliquia, ya estrujándola con frenesí de amante que quisiera despedazar y morder lo mismo que adora. Vicente Zegrí, como le llamaban sus amigos, por atavismo y tradiciones de raza, llevaba en la sangre el virus corrosivo de los celos; y si esta enfermedad moral hace estragos dondequiera que aparece, no pueden calcularse sus consecuencias en hombre que ama a mujer de profesión artística, cuyas gracias, en cierto modo, tiene derecho el público a usufructuar. «Creo que hay fuego… Huele a humo… Baje usted… ¡No, antes de pedir socorro hay que cerciorarse!» Germán se precipitó sin más ropas que unos pantalones vestidos a escape y babuchas. Un día, registrando el ropero de su marido para limpiar o arreglar la ropa, encontró traspapelada en un chaqué de verano una carta inequívoca… El dolor fue tan agudo, que Elisa se metió en la cama y estuvo varios días sin querer comer y con gran deseo de morirse. Hoy se muere de gozo Candidita. Corrió algún tiempo. Mientras resolvíamos, se me ocurrió preguntarle: -Sí…, creo que sí… -respondió titubeando. Era bonita, y su madre también…. Cierto día, de espeso matorral salieron algunos disparos al paso de la columna que Teodoro mandaba. La niña no sabía que el niño tenía miedo a las alturas. El niño dormía en su cuarto; ella le vestía, ella le desnudaba, ella le tenía en el regazo, ella le enseñaba a juntar las letras y ella le hacía rezar. Los negocios iban como una seda, y esperaba morir capitalista, a semejanza de otros negociantes de la misma plaza que habían tenido comienzos más humildes aún… Hoy convenía trabajar, aprovechando el vigor de los treinta años y la salud férrea. Era semejanza, no sólo de facciones, sino de expresión, modales y gesto, y, lo que más turbó a Marcelo, hasta de metal de voz, con un ceceo andaluz que hacía encantador el de Manuelita la cortijera! Estamos compartiendo el concepto de cuentos para dormir para tu novia contigo solo porque es muy importante estar en contacto con ella en todos los foros y en todas las formas si quieres sobresalir y hacer que tu relación sea excepcionalmente increíble. Tampoco ustedes reconocen ley fija, tipo inalterable… La Venus dormida en su concha, que presentó usted hace dos años y se llevó la medalla, no se asemeja a la Venus clásica, y no por eso deja de ser hermosa…, es decir, de parecerlo… Pero no nos salgamos del terreno general, porque el arte es patrimonio de pocos. En la efusión de su agradecimiento, me sobó la cara y hasta me besó… ¡Puede que en aquel instante me quisiese un poco! Cerróse ésta a la hora habitual; cenaron los tres: marido, mujer y dependiente, y se recogieron en paz a sus respectivos dormitorios María y Germán, Ríopardo volvió a bajar; era el momento de repasar las cuentas y manejar libros. -No hay que amontonarse -exclamó la señora intrépidamente-. Su amistad se consolidó, y hay quien cree que se visitan a menudo. ¡Lo superó y estaba empapado en su propia sangre! -preguntó la discreta viuda, cerrando su abanico antiguo de vernis Martín, una de esas joyas que para todo sirven, excepto para abanicarse-. Así que me vio la gitanilla, con voz muy melodiosa y con gutural pronunciación extranjera, me pidió la mano para echarme la buenaventura. -¿Y qué tiene que ver…? -¡Bruja condenada! Arruinado casi completamente, no faltó quien, estimando sus cualidades mercantiles, su laboriosidad, le adelantase dinero para abrir otra lonja; pero Ríopardo dice tristemente a su antigua y fiel clientela: -Ya no tengo ilusión… ¡Una esposa y un dependiente como los que perdí no he de encontrarlos nunca! de mayor cuantía. Paseábase Fausto una tarde de septiembre, a pie y sin objeto, por una de las solitarias rondas madrileñas, y al borde de un solar cercado de tablas divisó grupos de gente que examinaba, con muestras de vivísimo interés, algo caído en el suelo. Hace mucho tiempo, un chico vio a una chica y se enamoró de ella a primera vista. Mensajes romànticos para mi novio Si alguna vez te nace dedicar palabras bonitas y románticas a tu novio, no te contengas y deja salir todo ese sentimiento que albergas dentro de tu enamorado ser. Cuanta paparrucha inverosímil se me antojase inventar, la tragaba Candidita sin esfuerzo; en cambio, no había quién la convenciese de la realidad de picardía ninguna. Vino la primavera, y ya no pensaron en dejar la residencia campestre. Y así que fue espigando, y me hice cargo de que era muy bonita, tan bonita como su madre, y parecida a ella como una gota a otra gota…. ¡Ojo con las bribonas!» Y me enviaban remedios caseros, y piperetes y vinos cordiales, y reliquias milagrosas, y hasta sábanas, por si las de la posada no eran «de confianza» y «bien lavaditas». Y no hay más… No se admire usted tanto. Yo los curioseaba y los volvía a su sitio. -Sin más -respondió con energía Beatriz-. Al retirarse a su casa, al amanecer, tambaleándose, aturdido por la bacanal o vibrantes aún sus nervios de las violentas emociones de la profana cita; al encerrarse para mascar, entre risa irónica, la hiel de un desengaño -porque también Don Juan los cosecha-; al prepararse al lance de honor templando la voluntad para arrostrar impávido la muerte; al reír; al blasfemar, al derrochar su mocedad y su salud cual pródigo insensato de los mejores bienes que nos ofrece el Cielo, Don Juan reservaba y apartaba, como se aparta el dinero para una ofrenda a Nuestra Señora, diez minutos que dedicar a Estrella. Postrados y exánimes, les traían el agua mineral en un vaso puesto boca abajo sobre un platillo; últimamente, hasta no se atrevieron a beber, y el médico, presintiendo fatal desenlace, advirtió que convendría atender al alma, señal casi siempre funestísima para el pobre del cuerpo. Cuando oyeron cantar: «¡Ávila! Sintióse Marta encogida y llena de confusión, aunque el viajero se mostraba reconocido y le decía cosas halagüeñas, que por el hechizo de la voz lo parecían más; y a fin de disimular su turbación, se dio prisa a servir la cena y ofrecer al viajero el mejor cuarto de la casa, donde se recogiese a dormir. Ya supondréis que la pobre ratona haría cuanto cabe para distraer y aliviar a su retoño. La mirada de tales ojos no podía olvidarse nunca. ¿Selgas? Murmuró en su boca con una lágrima en la mejilla: «¡Por qué mi novio ya no me llama!». Aproveché el aviso, y de allí en adelante evité quedarme a solas con Leonor, y hasta fijar la mirada en sus oscuros ojos, nublados por la quimera. Lo cierto es que yo, cuando vi que por fin guardaba silencio María, cuando transcurrió un mes sin recibir recados ni epístolas delirantes y húmedas de lágrimas, me sentí tan bien, tan alegre, que me lancé al mundo con el ímpetu de un colegial en vacaciones, con ese deseo e instinto de renovación íntima que parece que da nuevo y grato sabor a la existencia. -exclamó el enamorado con exaltada vehemencia-. Un día me resolví a preguntárselo directamente. Le enseñaré a usted su retrato, y me dirá si exagero. Por cierto que me fijé en que el lóbulo de la oreja izquierda lo tiene partido. Ella le dijo que estaba enamorada de un chico que no lo ama. acabó por decirme que…, soltero o casado, malo o bueno, rico o pobre…, -Bien; pues yo…, no solo rehusé, desvié, contuve, sino que busqué marido, joven, guapo, bueno…, y con todo mi ascendiente, con mi mandato, lo hice aceptar…. El marido no dijo nada. Si encerraba alguna de estas cosas tan inofensivas, ¿a qué venía la ocultación? ¡Gran milagro! Germán estaba allí, y la boda era asunto concertado, resuelto, aplazado solo por la necesidad de que Germán encontrase una posicioncita, una base para establecerse: una fiscalía, por ejemplo. Unida ya Elisa con el que había elegido se propuso ser intachable y perfecta en todo para rescatar la falta. Parte el alma verla así. Después de tantos años de vida común, se me figuraba que Romana y yo habíamos nacido al mismo tiempo, y que reunidos y cogidos de las manos debíamos morir. Después de todo, la vida está llena de las más bellas historias de amor que uno pueda imaginar. La gitana no se inmutó en apariencia, pero yo noté en sus ojos algo que parecía la sombra de un abismo, y fijándolos de nuevo en Santiago, que estaba a caballo ya, articuló despacio, con indiferencia atroz y en voz ronca: -¿No quieres buenaventuras, jermoso? Tu dirección de correo electrónico no será publicada. premita Dios…. La tarde caía; y como deseaba contemplar a mi sabor el retrato, al apoyar en la sien el cañón de la pistola, encendí la lámpara y todas las bujías de los candelabros. Ya diré por qué. sin saber cómo, sin que ningún suceso extraordinario, ninguna conversación sorprendida la ilustrase, acabaron de rasgarse los últimos cendales del velo… Amelia veía la luz; en su alma relampagueaba la terrible noción de la realidad; y al acordarse de que poco antes admiraba la resignación de Germán y envidiaba su paciencia, y al explicarse ahora la verdadera causa de esa paciencia y esa resignación incomparables…. aprender como eres. Él se llamaba Ramón; ella llevaba el anticuado nombre de Leonor. Cuando hube permanecido así un buen rato, llamando sin duda la atención por mi insistencia en considerar a aquella mujer, sentí que me daban un golpecito en el hombro, y oí que me decía mi compañero de armas, Alberto Castro: -Cuidadito, ¿por qué? Hay fenómenos morales que no explica satisfactoriamente ningún raciocinio: la mitad de nuestra alma está sumergida en sombras, y nadie es capaz de presentir qué alimañas saldrían de esa caverna si nos empeñásemos en registrarla. ¿Me lo revelarían las pupilas color café? Categorías: Libros. Una de las noches en que no bajaron las vecinas -noche de mayo, tibia y estrellada-, estando el balcón abierto, y entrando el perfume de las acacias a embriagarme el corazón, me tentó el diablo más fuerte, y resolví declararme. Comprendiendo que tan aristocrático dominó no querría permanecer en el baile pasadas las primeras horas de la noche y evitaría el momento de las cenas y de las cabezas calientes; seguro de que sólo había venido allí para marcarme, y logrado este objeto desaparecería, adiviné que toda su estrategia era batirse en retirada hacia la puerta, y cortándole la salida la atrapaba de fijo. Al chocar con la quilla, Flora se hizo la herida horrible y Afra recibió también los arañazos y magulladuras que se notaban en sus manos y rostro…, Sólo añadiré que al marino, novio de Flora, no volvió a vérsele por aquí; y Afra desde entonces, no ha sonreído nunca…, Por lo demás, acuerdate de lo que dice la Sabiduría: «El corazón del hombre…. Entonces se descalzó, abrió la puerta exterior, dejándola arrimada, subió furtivamente la escalera y no paró hasta su alcoba. No platicaba así Roldán sino con los pocos que tenía por verdaderos amigos y hombres de corazón y de entendimiento; con los demás, creía él que no se debían conferir puntos tan delicados. Hemos añadido, además, actividades de compresión lectora. A fin de poner la verdad en su punto, os contaré la historia de cómo alimentó y sostuvo Don Juan su última ilusión…, y cómo vino a perderla. «¿A qué ver la envoltura física de un alma? -Explíqueme usted -dije al señor de Bernárdez- una cosa que siempre me infundió curiosidad. Desde aquel día, Don Juan, el alegre libertino, ha perdido su última ilusión; su alma va peregrinando entre sombras, sin ver jamás el resplandorcito de la lámpara suave que una virgen protege con la mano; y el que aún tenía algo de hombre, es sólo fiera, con dientes para morder y garras para destrozar sin misericordia. Acudí a los paseos, frecuenté los teatros, admití convites, concurrí a saraos y tertulias, y hasta busqué diversiones de vuelo bajo, a manera de hambriento que no distingue de comidas. Marchó Marcelo asaz desesperado a su Tebaida, y el capataz le recibió con agasajo, encargando a su hija, mocita como de veinte años de edad, que sirviese y atendiese al forastero. Cuentos de amor cortos y largos los mejores cuentos para enamorar muy románticos, clásicos e infantiles ⭐ sobre el amor y la amistad. Temporada fatal estaba pasando el ilustre Fausto, el gran poeta. Se ha encontrado dentroPero olvidé mi interés científico cuando el doctor Elías Pastor me habló con ... labriegos hasta terratenientes de largos apellidos , suspiraban de amor con ... En un minúsculo espacio, la tienda Mars Tapes expone miles de cintas, radiocasetes, reproductores de casetes personales (los … Ante todo, ¿supongo que se trata de la belleza femenil? Llámenme enhorabuena indiscreto, antojadizo y, por contera, entremetido y fisgón impertinente. ¿No me ves? ¡Pareces memo de la cabeza! ), sin cuidarse del rastro de pena inextinguible que dejaba en pos de sí, el Amor se fue, embozado en su capa, ladeado el chambergo -cuyas plumas, secas ya, se rizaban y flotaban al viento bizarramente- en busca de nuevos horizontes, a llamar a otras puertas mejor trancadas y defendidas. Inmediatamente se declaró admirador de las perlas rosa, y añadió que sabía que andaban bebiendo los vientos por adquirirlas ciertas empingorotadas señoras, entre las cuales citó a dos o tres de altisonantes títulos. La Esperanza, la máscara eterna, la encubierta que siempre huye, la que todo lo promete…; la que bajo su risueño disfraz oculta el descolorido rostro del viejo Desengaño. -¿Suponéis que no hay en mis recuerdos nada dramático, nada que despierte interés, una novela tremenda? El cuento antes de dormir no tiene por qué ser una historia de orientación moral porque seguramente hará que las cosas parezcan aburridas. Por oírlas con la cara descubierta daría mi sangre. Pero tú, que acabas de jurar que me adoras, ahora que me ves envuelta en este trapo verde, tú… huirías de mí si me presentase sin careta. Poco después de la boda, los que vieron al conde pálido, demacrado y abatido, esparcieron el rumor absurdo de que su esposa le daba hierbas y filtros para subyugarle y para que ardiese más viva la tea del amor conyugal. ¡Que mueras lentamente y mueras con mucho dolor!» El esposo se volvió y dijo: «Así que quieres que me quede, ¡gracias por la invitación para quedarme contigo!», Una niña estaba muy preocupada y su mejor amiga preguntó ella sobre el asunto. No envidiéis nunca a esta clase de locos. Para probarles este curioso fenómeno, les contaré un suceso presenciado allá en mis mocedades, que me produjo impresión tan indeleble, que jamás en toda mi vida me ocurrió la idea de casarme. La madre…, yo me miraba en sus ojos, porque la quería de alma, según corresponde a un marido bueno. Ya que me cuesta la vida, que no me cueste también el alma. ¡Finalmente, ella dijo que sí! 2 Cuentos para Dormir de Amor (LARGOS) Entre el Amor y los Celos. Desolado, loco, con la imaginación caldeada y secas las fauces por el afán, me apresuraba, bajaba, subía, ponía en tensión todas las fuerzas de mi cuerpo y de mi espíritu sin dar alcance a la misteriosa hermosura que (ya era evidente) se complacía en burlarme. De eso se ve todos los días; ni valdría la pena de contarlo. Mejor dicho, no era excursión, sino instantánea traslación; y en una playa orlada de monolitos de hielo, que alumbraba una aurora boreal, Finita y él se paseaban muy serios, cogidos del brazo…. María le arregló el cuarto -porque Germán vivía con sus patronos en el piso principal-, le surtió de un buen lavabo, de toallas; le repasó la ropa blanca y le compró cuellos y puños, con lo cual el dependiente sacó a luz su figura adamada, su rubio pelo rizado con gracia sobre la sien, y las criadas y las mismas señoras compraron de mejor gana en el establecimiento, que al fin las cosas de bucólica gusta recibirlas de gente aseada, moza y no fea… «También se come con la vista», solían decir. Que suerte tener por novio a la persona más bondadosa, humilde, cariñosa, bella, caritativa, comprensiva, amigable, inspiradora…. Todos mis esfuerzos, mis energías, mis recursos y mi tiempo, están trabajando juntos con un solo propósito: hacerte sentir amada, deseada y valorada. Top Frases Largas de Amor Mensajes largos de amor y palabras románticas y bonitas para mi novio o novia. Subido al quinto cielo, nunca el juego le había encantado más. Al pretexto de asuntos, yo veía a la muchacha una vez por semana lo menos. Llamada a declarar la esposa de Ortiz, compareció de negro, impávida, y aseguró que apenas conocía al asesino de vista. no has de echarme el borrón». Una chica era un poco gorda. El niño dijo que me da vergüenza decirte que estoy embarazada. ¿Que dice «no»? Demasiado altiva para buscar consuelo de aquel desengaño, vivió con Luisilla, haciendo caridades y llorando a solas muchas veces, sobre todo en Pascua de Resurrección, cuando la implacable naturaleza reflorecía. ¿Qué hace en este apuro un hombre de bien? Esto aconteció más de veinte años hace; las gentes piadosas creen que fue la señal del perdón de Dios. Cuento las horas para verte, para sentir nuevamente tu amor”. Uno sostenía que la belleza era la corrección de líneas; otro, que la armonía del color; éste, que la fusión de ambos elementos; aquél, que la juventud; el de más allá, que la salud y robustez, o el donaire, chiste y garabato, o el arte del tocador, o la melodía de la voz, y hasta hubo alguno que identificó la belleza con la bondad y con la inteligencia… Y el original de Donato Abréu, que solía escuchar callando, al fin se descolgó con la sentencia siguiente: Acostumbrados a sus salidas, callamos para ver cómo se desenredaba, y fue así: -No es nada, nada absolutamente. Tan guapa era Manuela la cortijerita como Jacinta la dama. -Oigan -suplicó Donato- no mis razones, sino la historia muy verdadera de un amigo mío que se ha muerto en el extranjero, porque no logrando aliviarse de un delito amoroso, se dedicó a viajar, y en Roma una fiebre palúdica, lo que allí conocen por malaria, le curó la enfermedad de vivir. No hablábamos claro de ese asunto, pero nos entendíamos perfectamente; formábamos planes de retirarnos al campo después, y hasta (mira qué detalle) ella se compró un traje negro nuevo, diciendo que «eso siempre sirve». -El mismo -repitió mi interlocutor-, el ilustre Juan de Camargo orgullo del pueblecito de A***, que ni tiene aguas minerales, ni santo milagroso, ni catedral, ni lápidas romanas, ni nada notable que enseñar a los que lo visitan, pero repite, envanecido: «En esta casa de la plaza nació Camargo.», -Vamos- interrumpí, ya comprendo; sor Aparición…. Dijo: «¡Tienes los ojos más hermosos de este mundo!» la niña respondió: ¡Gracias! Habíamos estado juntos en el colegio de los jesuitas, y cuando salimos al mundo, la amistad se estrechó. La última ilusión de Don Juan. La cara juvenil y la fina habla castellana de María fueron otro aliciente más para la clientela. Apareciste como un rayo de luz en la oscuridad que iluminó mi vida y … Por fortuna, pude dominarme en el acto…. Sólo me advirtió que si las apartaba de mí o las enseñaba a alguien, perdían su virtud. Se me antojaba que el retrato, desde el fondo de su cárcel de tela, veía todas mis acciones, y llegué al ridículo extremo de que si quería rascarme una pulga, atarme un calcetín o cualquier otra cosa menos conforme con el idealismo de mi amor purísimo, sacaba primero la miniatura, la depositaba en sitio seguro y después me juzgaba libre de hacer lo que más me conviniese. Muchos dicen que son historias para enamorar a una mujer, otros creen que son simples relatos romanticos para enamorar. Para mi imaginación juvenil, representaban aquellos dos seres la prosa y la poesía. No tenían novio, ni siquiera demostraban predilección por nadie. Elevóse el templo, y fue pasmo y admiración de todos; y el rey, contentísimo, colmó de regalos y de honores y distinciones al arquitecto. Especiales mensajes de buenas noches para tu novia, para mi amorcito los mejores. Años después, ese tipo estaba acostado con ella y volvió a decir lo mismo. Uno de ellos hincó los dientes en la pierna desnuda de la mujer, que dio un chillido. No vivas para el mañana; vive para el hoy», dice esta novela, que te levanta y te hace entrar en razón. Al llegar aquí de su narración Gustavo, me hirió de súbito un recuerdo: -Espere, espere usted… -murmuré recapacitando-. Sin embargo, a los diez minutos el humo era tal, que temeroso de ver abrirse las ventanas y oír voces de socorro, el mismo Ríopardo gritó. Tratábase de un doble suicidio, concertado de antemano, y hasta anunciado por el bruto del mozo en una taberna la noche anterior. Todas las esperanzas, los sueños y los deseos pueden desvanecerse sin previo aviso, dejándote con la sensación de que te queda poco por vivir. Cuando era niña, me gustaba sentarme en el regazo de mi abuelo mientras me leía cuentos. ¡El sino del hombre! Usted está aquí: Inicio “Historias de amor cortas “Las más bellas historias de amor cortas. Y alzándose el antifaz, el dominó verde me enseñó la cara de mi abandonada, de mi rechazada, de mi desdeñada María… Aprovechando mi estupor, corrió, saltó al coche que la aguardaba, y al quererme precipitar detrás de ella oí el estrépito de las ruedas sobre el empedrado. Sólo aquel rayo podría iluminar su corazón fatigado, lastimado, quebrantado, marchito. A ciertas personas suele decirse que «les sucede todo»; y es porque andan a caza de sucesos… A fe que si se estuviesen quietecitos, las mujeres no se precipitarían a echarles memoriales. En aquel, momento, Santiago, de seguro, pensaba en el dulce rostro de su novia, y el contraste con el de la gitana debió de causarle una impresión de repugnancia hacia ésta; porque era galante con todas las mujeres y, sin embargo, soltó una frase dura y hasta cruel, una frase fatal…; yo así lo creo…. Figurábase por momentos que la odiaba con toda la voluntad iracunda, y este odio clamaba por saciarse y gozarse en la destrucción. -Estaría loco -dijimos, a fin de consolar al sacerdote, que se había quedado muy abatido al terminar su relato. No lo crea usted -respondía el Don Juan sin alterarse en lo más mínimo-. A los escultores no vale cegarnos. Doña Leonor Cardona, que según opinión general es una señora honradísima, ha debido de padecer una pesadilla y soñar que teníamos relaciones, que nos veíamos, que me había escrito, etcétera. Antes de entrar en el cuarto de mi tía y abrir el codiciado cajón, me lavaba, me peinaba, me componía, como vi después que suele hacerse para acudir a las citas amorosas. Su rostro angelical no desmentía las cualidades del alma: parecíase a una Virgen de Murillo, de las que respiran honestidad y pureza (porque algunas, como la morena «de la servilleta», llamada Refitolera, sólo respiran juventud y vigor). Al decir esto el empleado, vivo carmín tiñó hasta las orejas del galán, cuya mano no había soltado la damisela, y ésta, dando impaciente patada en el suelo, gritó: -¡Bien…, pues entonces…, un billete más barato! ¡Déjenme continuar! Y lo que yo, por escrúpulos más o menos justificados, desperdiciase, otro lo recogería, quizá con menos arte, tino y miramiento que yo. ¡Mientras mayor inocencia en las criaturas, más prudencia y precaución en las madres! y no me casaré nunca, padrino! rogó a sus consternados padres que advirtiesen a Germán que las relaciones quedaban rotas. La llamarada súbita que se alzó le chamuscó pestañas y cabellos. Gracias a ti soy mejor persona, he podido evolucionar y, por eso, sólo puedo decirte que te quiero y que siempre estaremos juntos. Insistí, me sobrepujé a mí mismo, desplegué todos los recursos, y como el artista que cultiva por medio de las reglas la inspiración, llegué a tal grado de maestría en la comedia del sentimiento, que logré arrebatar al auditorio. No necesito decir que en la capilla me constituí al lado de mi amigo, que demostraba estoica entereza. La estampa de mi tía no convidaba a que uno abriese la boca y se zampase el confite: muchos años, la dentadura traspillada, los ojos enternecidos más de los justo, unos asomos de bigote o cerdas sobre la hundida boca, la raya de tres dedos de ancho, unas canas sucias revoloteando sobre las sienes amarillas, un pescuezo flácido y lívido como el moco del pavo cuando está de buen humor… Vamos que yo no tomaba las bolitas, ¡ea! El niño le donó su único ojo a la niña para que pudiera ver la belleza de este mundo. No estaba enterada de todo esto la provinciana y cándida familia de Irene; y como se encontrasen en la calle al poeta, le saludaron alegres, que al fin era «de allá». Sólo que en ese capítulo de la elección conyugal le faltó distinguir… Se le olvidó decir que sólo los hombres eligen, mientras las mujeres toman lo que se presenta… Y el caso es que la elección conyugal confirma la teoría de Selgas: los hombres, que escogen amplia y libremente, son los que escogen peor.
Fisiopatología De La Anemia,
Stick War: Legacy Mod Apk 2020 1 46,
Metformina Y Sexualidad Mujer,
Porque Se Dan Las Enfermedades Mentales,
Porque Es Importante Tener Un Nombre Y Una Nacionalidad,
Lipoma En La Espalda Causas,
Cómo Se Pronuncia Luna En Japonés,
Calculadora De Ovulación Exacta 3 Meses,